Yo en el recuerdo.
Hace pocas semanas recuperé este autorretrato que pinté en el 2004. Desde entonces había estado colgado en la casa de la playa de mi abuelo, casa oficial de veraneo de mi familia desde que tengo uso de razón. Mis mejores recuerdos estivales de la infancia y adolescencia pertenecen a esta casa y al hermoso pueblo costero en el que se encuentra; los melocotones a la orilla de la playa, madrugar con mi padre para ir a pescar, las siestas de sábanas blancas y olor a aftersun, los desayunos de tostadas con tomate en algún bar frente al mar, los cines de verano,el olor intenso a galán de noche, los atardeceres en la playa jugando a las cartas, y más tarde las risas conmpartidas con mis hermanas mientras nos poníamos lindas frente al espejo para salir a disfrutar las madrugadas con los amigos. Mis maravillosos amigos veraniegos, cuántas cosas compartimos! El año pasado fui plenamente consciente de que la vida se mueve en espiral, y que estaba asistiendo al cierre de uno de sus ciclos mientras observaba a mis bebés dormir en las camitas donde tantos veranos dormimos mis hermanos y yo, tranquilos y satisfechos después de un soleado día de arena y sal.Me sentí muy feliz.
Este cuadro ha vuelto a mí porque por desgracia este piso ya no pertenece a mi abuelo, y ya no podremos disfrutarlo. Otro ciclo se cierra y después de su merecido duelo, con lágrimas incluidas porque significó mucho para mi, me predispongo a hacer todo lo que esté en mi mano para que mis hijos disfruten de sus veranos tanto como yo disfruté de los mios, y posean en su bagaje personal ,recuerdos tan entrañables y luminosos como los que yo guardo en mi corazón, y vuelven a mi memoria cuando miro este pequeño cuadro, que como si fuese un espejo mágico, me devuelve mi reflejo,no el de ahora, el de aquellos días...
